Irina Derevko es puesta bajo custodia de un cuerpo especial de agentes de la CIA y el FBI comandados por Kendall. Sydney Bristow se encuentra muy dolida por todo lo que su madre ha hecho mientras que Jack Bristow advierte a Kendall de lo peligrosa que puede ser Irina. Michael Vaughn es el encargado de interrogarla y se establece un duro juego psicológico entre ambos. Sin embargo, Irina da una serie de datos al agente para ayudar en la misión que se le ha encomendado a Sydney. La misión, ordenada por Arvin Sloane, es recuperar un disquete en el que Irina guardaba información confidencial destinada a chantajear a varias personas. La Alianza sabe que Khasinau está muerto y cree que Irina se esconde en algún lugar. Sydney no sigue las pautas que su madre dio a Vaughn por temor a que sea una trampa y por ello su contramisión fracasa y la CIA es incapaz de copiar el disco que sí obtiene el SD-6. Al no haber obtenido el disquete, Sydney se ve obligada a reunirse con su madre para obtener la información que en él estaba contenida y ésta le informa de cuál iba a ser su próximo movimiento: chantajear al inventor de una cámara por satélite capaz de atravesar las paredes y cuyo destinatario era el Pentágono. La CIA ordena a Sydney recuperar la cámara antes que el SD-6, cosa que consigue. Sloane mata al inventor cuando éste le informa de que le han robado el aparato. De vuelta en Los Ángeles, Will se ofrece como ayudante a Francie para su restaurante y ésta accede. Mientras, Sydney deja claro a Irina que su relación será meramente profesional y que para ella, su madre está muerta.