Ally padece complejo de Julie Andrews porque cree que todos los hombres piensan que es una puritana. Su compañera de piso, Renée Radick, (Lisa Nicole Carson) reta a Ally para que cuente un chiste guarro delante de todo el mundo en el bar. Ally, aunque encuentra dichos chistes morbosos y sádicos, acepta la apuesta. Mientras, la empleada que reparte el correo demanda al bufete por acoso laboral. Alega que recibe un trato discriminatorio por parte de las demás mujeres de la empresa porque la consideran ‘demasiado’ atractiva.