En los treinta minutos antes del inicio de las clases, suceden muchas cosas en Whitlock. Jack intenta recuperar su silla de masajes. Durbin y Helen preparan los anuncios de la mañana. Atrapado sin remedio en el instituto de Toledo, y con su cátedra de Harvard todavía muy lejos, Jack decide escribir un libro sobre las costumbres del pueblo con la idea de que le ayude a salir de allí. Para ello, por supuesto, pide ayuda a sus alumnos de biología avanzada.