Un colérico residente de los Glades se embarca en el secuestro y masacre para castigar a aquellos que él cree que han sido injustos con los residentes de su barrio.
Cerca del final del episodio, cuando Oliver habla con Laurel fuera de su club, le pide que pase el rato un tiempo y le dice, que ya no quiere estar en una isla.