Activistas por los derechos de los animales han amenazado con una serie de ataques en Londres y la primera víctima, la hija del dueño de un laboratorio comercial, está en el hospital. Gene ordena a su equipo que no duerma hasta que los responsables estén tras las rejas. Su primera parada es una prisión donde Robin Elliot, un conocido defensor de los derechos de los animales, está cumpliendo condena por matar a un científico en la década de 1970. Alex está convencido de que Robin sabe sobre los ataques planeados, pero sin contacto con el mundo exterior, no parece haber ninguna manera de que él esté involucrado. El conocimiento inquietantemente profético de Robin del futuro hace que Alex piense que podría estar involucrado no solo con el caso, sino con su propio destino; después de haber escuchado las voces de los ambulancias, Alex se preocupa de que la esperanza se está desvaneciendo para su supervivencia en el día de hoy.