Bajo una identidad falsa, Michael es contratado por Scott Chandler, dueño de una galería de arte para investigar qué está sucediendo realmente con su ordenador, piensa que alguien está controlándolo y que su teléfono está pinchado. Michael se pone a trabajar en el caso pero su opinión hacia Scott cambia cuando habla con Melanie, la recepcionista, que le da información que él no sabía.