En el ataúd de un hombre que deja una viuda y diez hijos aparece el cadáver de una mujer a la que no conoce ninguno de los asistentes al funeral. Aunque el cadáver tiene signos de ahorcamiento, la autopsia desvela que alguien le inyectó un veneno letal. Por otro lado, Castle y Beckett averiguan que la mujer trabajaba en el County Hospital de Nueva York.