Durante la revisión de un juicio de hacía cinco años en el que el acusado había sido condenado por asesinato, Grissom se percata de que una de las pruebas que le encausaron ha variado y se ve obligado a reabrir el caso. Ecklie, recientemente ascendido y ahora superior de Grissom, se inquieta por el descrédito hacia el laboratorio que esto pueda llegar a tener.