Un motorista es apuñalado durante una pelea en un bar. Los forenses identifican el cadáver como perteneciente a un agente que trabajaba de incógnito y que se había infiltrado en una banda de motoristas para destapar una red de tráfico de drogas. Los de Langston interrogan a la esposa del fallecido, pero pronto descubren que la mujer tiene un carácter muy inestable y es propensa a darse a la bebida. El caso es que la mujer no sólo es sospechosa del crimen de su marido, sino que en el pasado también mantuvo una relación con Brass, lo que hace que el forense se involucre emocionalmente en el caso.