En el fútbol, las esquivas o fintas son admiradas y aplaudidas, pero hay un problema: si no puedes lograrlo, te arriesgas a un gran ridículo. Sergio Jadue está a punto de conseguir la finta de su vida, pero algo sale mal. Acorralado por un agente del FBI, le quedan dos opciones: puede colaborar con la investigación o ir a la cárcel. Puede estar con los gringos o contra sí mismo.