Cuando Peter y sus amigos tratan de sacar a flote un Mercedes hundido en la costa, este rescata a un delfín parlante que le jura devolverle el favor. De pronto, el mamífero marino decide visitarle en tierra firme y quedarse a vivir en su casa hasta que termina siendo una molestia para Peter, que trata de convencerle de que vuelva al océano.