Después de la masacre escocesa en la batalla de Culloden en 1746, Duncan MacLeod era un hombre poseído, obsesionado, con matar a los bastardos ingleses que habían destruido a su pueblo. Ahora el inmortal Steven Keane ha venido a hacer que MacLeod pague por sus crímenes asesinos. Amanda insta a MacLeod a tomar la cabeza de Keane y terminar con ella, pero en su corazón MacLeod sabe que Keane tiene razón - es un asesino - y que Keane lo está juzgando al igual que MacLeod ha juzgado a tantos otros.