El juez Stan Weisberg concede una petición que permite que los procedimientos judiciales se transmitan por televisión, lo que aumenta el nivel de escrutinio público del caso. Cuando el testigo estrella de la fiscalía, el Dr. Oziel, toma la posición, su ética cuestionable y sus motivos amenazan con destruir su credibilidad. Mientras tanto, la defensa se enfrenta a una batalla cuesta arriba para lograr que el juez Weisberg entienda la relevancia de la complicada educación de Lyle y Erik.
Aún no se han agregado bandas sonoras al programa.