Todo parece estar cambiando en Lincoln Heights (algunos para mejor, otros para peor) y el hogar Sutton no es una excepción. Jen finalmente se enferma de empujar papel en el hospital de barrio todo-pero-cerrado y se va a trabajar a una clínica gratuita. Eso deja a Eddie a cargo en el frente local, pero las cosas no están bajando exactamente como él piensa. Lizzie todavía está escribiendo a su secuestrador Boa, solo que ahora lo está haciendo en secreto. Cassie y Charles están muy cerca de convertirse en amigos muy íntimos. E incluso el dulce e ingenuo Tay logra ser recogido en una picadura del FBI. A través de todo suena la voz del reverendo Hammond, llamando a la paz y el fin de la violencia de las pandillas. Pero cuando su voz se aquieta, una pregunta todavía resuena, ¿quién dará un paso al frente para ocupar su lugar?