Después de faltar a clase, Lizzie descubre que su compañera de proyecto no es otra que Kate Sanders, quien tampoco vino el mismo día. Después de su hostilidad inicial, ambas comienzan a llevarse bien. Pero una vez que finaliza el proyecto, ambas se hacen disparos la una a la otra pero no antes de compartir una sonrisa secreta y darse cuenta de que todavía tienen un vínculo entre ellas. Mientras tanto, Matt está convencido de que tiene poderes psíquicos y tiene dificultades para convencer a su madre al respecto.