Malcolm (Frankie Muniz), un niño de una bastante peculiar familia de clase media tirando a baja, descubre que tiene un I.Q. de 165 después de que una maestra lo somete a una prueba, por lo cual, es transferido a una clase de superdotados contra su voluntad y debe hacer frente a su deseo de ser normal a pesar de haber sido reconocido como un genio.