Allison deja las dudas atrás y empieza a trabajar para la Corporación Lydecker. En su primer día, la médium disfruta de su nuevo coche, su lujoso despacho y una sesión de compras gratis. Pronto le encargan su primer trabajo: tiene que revisar los informes de los empleados y transmitir cualquier tipo de sensación extraña. De este modo, Allison descubre que el hijo de su poderoso jefe esconde un oscuro secreto.