El juez encargado del caso de Lou quiere que haya un trato entre los abogados, y al no haberlo, manda a Lou al psiquiátrico para deshacerse temporalmente del caso. Morris asiste con una mujer, que fue amante de John Rothstein, pues ella le dio la idea del robo, y le cuenta que ha perdido el dinero y las libretas. Pete comienza a usar el dinero y lee las libretas. Bill quiere ayudar a Lou, pero no puede hacer nada, además de seguir buscando al asesino de Rothstein y su pesar por la misma.