Earl se dispone a devolverle cerveza a Scott, un golfista a quien le hacía creer que era un crack para que le invitara a un trago cada vez que hacía un hoyo en un solo golpe. Al ver que la obsesión que le ha provocado a Scott por el golf le ha costado su trabajo y su novia, pondrá todo su empeño en devolverle su vida pasada, para disgusto de Randy, quien está ansioso por ir a la feria del condado antes de que acabe.