Richard Chubby, el cacique de Camden se mata en un estúpido accidente, y todo su emporio es heredado por su hijo, el Pequeño Chubby (Norm Macdonald). Earl, quien le pegó una patada en la entrepierna en la época en la que era aún más odioso que su padre, busca sin ningún éxito la forma de compensarle por ello, aunque éste se muestra agradecido por abrirle los ojos y reconducir su actitud. Al ver los efectos de su patada encuentra por fin el modo de saldar su deuda, inconsciente de que está a punto de reabrir la caja de los truenos que cerró entonces.