Earl prosigue con su misión de hacerse tratar como a un adulto y consigue un trabajo como cargador en una tienda de electrodomésticos. La cosa será fácil, pero cuando intente aspirar a convertirse en vendedor se encontrará con la oposición tanto de los auténticos vendedores como de sus compañeros cargadores. (*) Preocupada por la posibilidad de ingresar en prisión, Joy comienza a prepararse por si lo peor termina por suceder.