Mientras Joel se prepara para disfrutar de sus vacaciones en la gran manzana, Maggie tiene un sueño que la convence de que el avión que ha de llevarle de Anchorage a Nueva York va a estrellarse. Pronto, todo el pueblo está al tanto de su sueño y, conociendo el destino de la mayoría de los hombres con los que se ha relacionado, dan a Joel por muerto y empiezan a ofrecerle sus condolencias. Este comportamiento, y el modo en el que su suplente, otro médico de Nueva York, se adapta mucho mejor que él al ambiente de Cicely, hacen que Joel se pregunte si alguien le echaría de menos en caso de que el sueño de Maggie se cumpliera.