Hélène, despejada de sus dudas, vuelve a subir al escenario, mientras un boxeador entra al ring, decidida a luchar contra quien busca destruir la orquesta. Para eso, tiene un arma infalible: su oído. Al escuchar tocar a sus músicos, donde solo escuchaba admiración, descubre el odio. Molesta, elige al enemigo antes de estar lista para escuchar lo indecible y aceptar sus faltas ... y las de los demás.
Aún no se han agregado bandas sonoras al programa.