El Dr. William Rush no es su médico de guardia promedio. No está apegado a ningún hospital, es muy discreto sin importar la dolencia, siempre y cuando el cliente pueda pagar su prima solo en efectivo y el médico pueda festejar con los mejores de ellos. No tiene ningún deseo de cambiar su vida o cómo la vive, hasta que una vieja llama y su conciencia comienzan a agitar las cosas.