Libby está organizando una fiesta de Halloween a la cual tanto Sabrina como Valerie no están invitadas. En el corredor Valerie corre la voz de que Sabrina organizará una fiesta en su casa pero sin antes consultárselo a ella. Hilda y Zelda están muy felices de dar una fiesta para mortales pero Sabrina tiene miedo de que algún aspecto de su magia se evidencie durante la fiesta. Todo se complica cuando reciben muebles parlantes en lugar de los que habían pedido y Hilda multiplica la receta de rosetas de maíz (cuando en realidad quería duplicarla) haciendo que estas formen un río por toda la sala.