Con la vida de Charlie colgando en la balanza, Alex y Dawn van cara a cara sobre quién llega a ser su responsable de la toma de decisiones legales, pero se ven obligados a dejar los asuntos personales a un lado cuando se mete en una cirugía de trasplante de corazón juntos. Charlie, mientras tanto, no está de humor para hablar con el donante del corazón - un preso fallecido.