Ben se reúne con un recluso que le ofrece una información muy valiosa que le podría permitir demostrar que la detective Cornell actúa al borde de la ley. Con la ayuda de Arthur Fenton, Crawford intenta hundir a la agente de policía, pero una filtración anónima vuelve a situar a Ben como el principal sospechoso, lo que supone un gran mazazo para la familia.