Tras haber sido degradado a director tecnológico de su propia empresa, Richard hace lo imposible por defender su vision original del proyecto frente a las ideas de su nuevo jefe, que pretende cambiarlo todo, incuyendo las oficinas. Mientras tanto, el resto del equipo se empieza a plantear hasta dónde llega su sentido de la lealtad y busca la manera de triunfar en la eterna guerra entre lo artístico y lo comercial. Por su parte, Gavin Belson busca restaurar la imagen de Hooli después de sus últimas meteduras de pata.