Explorando la ciudad por su cuenta, JJ y Kenneth se dan cuenta de que los extraños los consideran inspiradores. Los dos aprovechan su suerte, y reciben comida gratis y entradas para el béisbol. Kenneth se deja llevar y las cosas se acaban desmoronando. Mientras tanto, como la familia no puede hacer nada sin tener que preocuparse por la accesibilidad de la silla, Dylan y Ray convencen a Maya de llevarlos a paintball. Pero, puede permitirse divertirse sin JJ?