Cuando Sam y Eddie se despiertan en la cama juntos, desnudos y sin recuerdos de la noche anterior, no pueden evitar preguntarse qué pasó o qué no sucedió. Pero cuando descubren que todo el día anterior es un completo espacio en blanco, comienzan a sospechar que fueron drogados a propósito. El misterio se profundiza cuando, de vuelta en la oficina, un cliente que no tienen recuerdos de conocer regresa para agradecerles por ayudarla a recuperar a su perro perdido. Trabajando con la poca información que tienen, junto con la ayuda de Berto y Mónica, la pareja intenta reconstruir su día perdido.