Cuando el superintendente Colvin llama a los detectives Wysocki y Evers para localizar a un proveedor de drogas que envió al hijo de una pareja influyente a un coma inducido por las drogas, descubren un caso de asesinato más elaborado. A medida que la evidencia se acumula, un club en el centro de la ciudad donde se mezclan hombres ricos y mujeres bonitas se convierte en el punto focal del caso. Mientras tanto, Teresa tiene los ojos puestos en asegurar fondos para comprar nuevas radios del departamento.