Barry se da cuenta de que como futuro médico, debería estar más preocupado por la salud de Murray, por lo que recluta a Jenkintown Posse y al entrenador Mellor para ayudar a poner a su padre en forma. Mientras tanto, Beverly se horroriza al enterarse de que Erica y Adam no quieren ninguna de las herencias invaluables en su elegante sala de estar, nunca realmente utilizada.