El tribunal designa un contable para llevar las cuentas de Homer después de que éste se haya declarado en bancarrota sin estarlo, lo que resulta en un recorte de todos los gastos de Homer, incluyendo la habitación en el asilo del Abuelo. En un giro inesperado de los acontecimientos, el Abuelo y Selma se enamoran y comienzan a vivir juntos mientras Homer y Patty intentan idear un plan para romper su conexión amorosa. Mientras, Bart y Lisa engañan a un cartero para que les traiga cajas de cartón del correo gratis, pero tendrán problemas cuando el cartero se da cuenta de que le han timado.