Tras conocer que sufre múltiples enfermedades y que solo le quedan unas pocas semanas de vida, el Sr. Burns se preocupa por la apática reacción de la ciudad ante el anuncio. Después de un giro inesperado de los acontecimientos, Bart encuentra al Sr. Burns débil y vulnerable en el bosque y le lleva en secreto a casa de los Simpson. Pero cuando Homer y Marge descubren a su nuevo inquilino, deciden que es hora de vengarse de él y Lisa, dispuesta a defender al Sr. Burns, descubre que los viejos hábitos nunca mueren.