Burns ve tan estresado a Smithers que le obliga a tomarse vacaciones. Smithers hace a Homer su sustituto mientras está fuera porque es el menos dotado para arrebatarle el puesto. Las constantes quejas y riñas de Burns hacen explotar a Homer, que propina un duro puñetazo a su jefe. A partir de entonces, el miedo hace a Burns tener que valerse por sí mismo.