El presidente Bartlet está decidido a recibir al Ministro de Defensa de Qumar, pero se niega a darle la mano. Mientras, solicita la renovación de una ley que le permite llevar a cabo determinados actos. Pero infringiendo otras leyes, pide que el avión de regreso del Ministro tenga una avería que le obligue a aterrizar en Las Bermudas. Allí ha ordenado que le eliminen.