Cuando las noticias de la hambruna en Irlanda llegan a palacio, Victoria cree que el gobierno británico debería hacer algo. El primer ministro Peel opina que enviar comida desestabilizará a su partido y pondrá en riesgo su futuro político. Mientras Alberto confía ciegamente en Peel, las reacciones a la hambruna empiezan a circular entre el servicio que tiene opiniones de lo más diverso al respecto. Por su parte el príncipe Ernesto, hermano de Alberto, tendrá que lidiar con sus propios problemas cuando le detectan cierta dolencia.