Se ultiman los preparativos de un baile georgiano para celebrar el bautizo del hijo de la reina. Aunque el evento, que reúne a importantes miembros de la sociedad, no podría llegar en peor momento: sale a la palestra cierto material privado de la familia real. Mientras tanto, un desobediente Bertie continúa haciendo travesuras y desesperando a la familia. Tal es el nivel de rebeldía del pequeño que el príncipe Alberto comienza a dudar de sus capacidades para convertirse un día en rey.