Bea lucha por aceptar que tuvo un episodio psicótico, a pesar de la evidencia de CCTV. Cuando se descubre que su sangre tiene rastros de LSD, se da cuenta de que su atacante causó la fusión. Ella saca evidencia de la unidad psiquiátrica, entendiendo que tendrá que jugar el juego largo si va a derrotar a Ferguson. Mientras tanto Bridget lucha por obligar a Franky a aceptar que tiene un bloqueo emocional. Pero cuando desafía a Franky a hablar de su madre, provoca una confesión que no esperaba.