Pembleton y Bayliss investigan un asesinato que fue cometido en un barrio gay por skinheads y se cuestiona la preferencia sexual de la víctima. Brodie es contratado por el departamento para grabar en video las escenas del crimen de los detectives. Un analizador de la tensión de la voz se trae adentro para una demostración. Meldrick consigue una ventaja y cierra un viejo caso de Crosetti que incluso Howard no pudo descifrar; causa un poco de tensión entre ellos.