Chris atropella por accidente a un perro. Decidido a dar la cara frente a la dueña del pobre animal, se dirige a la casa de la que resulta ser una hermosa matemática de la que inmediatamente se enamora. Sin embargo, su relación no parece tener mucho futuro. La mujer vive rodeada de animales, y Chris no parece tener demasiada mano con ellos… especialmente con los periquitos. Por otra parte Maurice se compra un magnífico reloj alemán antiguo, sólo para descubrir que no es tan exacto como esperaba.