Maggie se obsesiona con los ácaros del polvo y se niega a aceptar la existencia de todo un microcosmos que vive no sólo junto a nosotros sino también en nosotros mismos. Esta manía microscópica le impedirá consumar su relación con Joel. Mientras tanto, Maurice quiere invertir su dinero comprando un valioso violín, y contrata a un experto violinista para que le asegure que el instrumento es auténtico. Éste, al enterarse de que Maurice pretende guardar semejante maravilla de violín en una caja fuerte sin dejar que nadie vuelva a tocarlo, se vuelve loco y planta una bomba bajo el coche del millonario.