Homer arma tanto jaleo en su jardín que interrumpe al grupo de estudio de la Biblia de Flanders. Convencido por el reverendo, un frustrado Flanders se hace responsable de la redención de Homer invitando a la familia Simpson al retiro espiritual de la iglesia en Jerusalén. Cuando el excéntrico guía del viaje lleva al grupo a monumentos famosos como la Cúpula de la Roca y el Muro de las Lamentaciones, Homer finalmente demuestra que su salvación no es un caso perdido.